Durante el mes de octubre, todas las clases 16 han salido de excursión a Cuenca. Esta excursión se planteó por el deseo y la necesidad de completar las visitas a ciudades características y cercanas a Madrid, teniendo en cuenta, además, que es un lugar especialmente vinculado al Colegio a través de la señorita Ángeles Gasset.
Al llegar a Cuenca iniciamos la visita en la parte más alta y más antigua de la ciudad. Desde el barrio del castillo vemos la primera imagen completa del casco antiguo y aprovechamos para explicar cómo ha ido creciendo desde la primera fortaleza musulmana hasta inundar las llanas y antaño fértiles vegas con las construcciones recientes. Nos espera un largo día en el que, en nuestro recorrido, iremos parando para leer sobre la historia y el arte de determinados monumentos, así como para recrearnos recordando obras de autores especialmente relacionados con la ciudad o que han escrito sobre ella. Visitamos el Ayuntamiento, las casas colgadas, el puente de San Pablo que produce vértigo, la impresionante vista de la hoz del Huécar donde, además, comprobamos lo mucho que ya hemos andado al ver, tan pequeño y remoto, el castillo del que partimos. Nos sorprendemos con el barroco de la portada del convento de San Pablo, los rascacielos donde los burros se asomaban a un quinto piso, las casas de colores, la torre Mangana y la hoz del Júcar desde el barrio del Carmen, camino extramuros al paseo del verde, verdísimo Júcar, que comprueban que no es imaginación del poeta Gerardo Diego.
La llegada al alojamiento es el momento más excitante ya que es la primera vez que, como alumnos del colegio, duermen en un hotel. Se trata de un lugar alejado, en el campo, apartado de todo. Se reparten habitaciones y, tras la cena, hay un rato de charla, juegos y recapitulación de todo lo visto durante la jornada.
El segundo día lo pasaremos en el campo y hay que prepararse con buenas botas y abrigo. Salimos con un monitor biólogo hacia las torcas. Vemos las torcas secas y las de agua, paseando y escuchando atentamente todas las explicaciones sobre el relieve kárstico, la flora y la fauna del lugar. Por la tarde visitamos la Ciudad Encantada donde el relieve, el clima, la erosión y el tiempo han creado formas caprichosas, divertidas para dejar volar la imaginación.
El último día volvemos a la ciudad de Cuenca, los alumnos se dispersan para retomar el lugar que más les ha gustado, dibujándolo como portada de su trabajo. Abundan las casas colgadas, el puente de San Pablo, la catedral y la calle de Alfonso VIII.
Por la mañana entramos en el Museo de Arte Abstracto, dentro de las casas colgadas. Allí nos espera el equipo educativo del museo que con rotundo éxito explica la historia de tan singular museo y el dificilísimo arte abstracto. Vemos obras de Chillida, Torner, Saura, Mompó, Zóbel, Rivera o Sempere, autores con los que empiezan a familiarizarse y que les sirven para entender lo que es la abstracción en el arte, aprenden a disfrutar de un arte ya antiguo aunque todavía incomprendido y se liberan de ataduras y prejuicios. La visita se completa con un taller en el que se enfrentan con un tema, unos materiales y unas circunstancias. Cada año y con cada grupo el taller es diferente, lo que sirve para que a la vuelta compartan conocimientos y experiencias con compañeros de otras clases.
Después de comer y despedirnos del lugar que nos ha acogido durante tres largos e intensos días, volvemos a Madrid, a la rutina del Colegio, pero mucho más ricos en experiencias y amistades.